SUPRIMIR Y DESARRAIGAR EL SENTIDO DE PATRIA A TRAVÉS DE LA CRISIS ECONÓMICA PARA DISOLVER LOS ESTADOS NACIÓN

19 Enero 2021 , Escrito por Ramón Linarez

Manual de Políticas Públicas para disolver una Nación

La crisis económica inducida desde las esferas más altas de las élites planetarias, implementada e instrumentalizada por los políticos de turno, vendidos y entregados al poder económico a través de diversas estrategias a las que llaman políticas públicas, cuando en esencia son lo contrario, crean el escenario perfecto, son caldo de cultivo para suprimir y desarraigar el sentimiento de patriotismo nacional y, por ende, la no necesidad más que “justificada” de disolver el estado-nación. Esta situación a raíz de la Covid-19 se esta observando en todo el globo terráqueo, prácticamente en cada país que existe, pero que ha tenido ejemplos mediante estrategias similares que solo cambian de forma, pero que buscan el mismo objetivo.

Como la élite globalista, sabe que hemos llegado al límite de crecimiento económico planetario, dado que contamos con recursos finitos y limitados, por tanto, es necesario “resetear el modelo económico”, dado que el capitalismo ha llegado a su lecho de muerte y no tiene vuelta atrás. También lo hacen, las estrategias empleadas por esta élite para su expansión como lo son el neoliberalismo y la globalización que dará pasos seguramente a regionalismos económicos; con economías completamente digitales, basadas en inteligencia artificial, al igual que sistemas industriales digitales a raíz de estar inmersos en la cuarta revolución industrial y en la transición del quinto al sexto tecno paradigma y posteriormente al séptimo dentro de pocos años.

Esta atmosfera planetaria, requiere generar la no sensación del sentimiento de patria, la supresión total psicológica, emocional e intelectual del sentimiento de patria. Esto, lo estamos visualizando actualmente de forma abiertamente evidente en países como EEUU, en Europa y en Centro y Suramérica.

Tomemos como ejemplo el caso de la República Bolivariana de Venezuela, que luego de 6 años de brutal agresión económica interna y externa va adelantada en este proceso. Nuestros dirigentes políticos, en los distintos niveles y dimensiones del poder han obrado abierta y sin descaro alguno como los peores corruptos e ineficientes en la gestión administrativa gubernamental, como nunca antes en nuestra corta historia republicana, generando total desconfianza y hastió hacia la política a niveles parecidos o incluso superiores a los vividos en las décadas de los años 80 y 90. Asimismo, hemos sido asediados en esa puja global por el control del poder a través de medidas coercitivas unilaterales (sanciones de todo tipo), bloqueo económico y financiero, bloqueo y robo de fondos en el extranjero, robo de activos (empresas como CITGO, Monómeros, lingotes de oro), confiscación de bienes adquiridos (alimentos, gasolina, entre otros), presión a países y empresas privadas para que no comercien y no puedan entrar suministros y bienes esenciales o de cualquier tipo al país, ataque a la moneda induciendo una hiperinflación que se suma a la existente de forma histórica producto de la inercia, del déficit fiscal y de la super impresión de billetes sin respaldo.

Todo esto, conlleva a la realidad de hoy, la República Bolivariana de Venezuela, el país más rico en recursos naturales de la región Suramericana se encuentra sumergido en la peor crisis económica de su historia, con la que seguramente será considerada la peor gestión gubernamental o administración de nuestra corta historia como nación independiente, con una población polarizada, fanatizada política e ideológicamente en muchos casos, con los niveles más altos de desigualdad de su historia entre los diversos sectores, estratos y clases sociales, al punto de inaugurar recientemente un concesionario de la prestigiosa marca de autos de lujo Ferrari en la capital y, por otro lado, tener personas sin nada que comer, desnutridos y usando zapatos rotos.

Estos hechos dantescos, no son exagerados, esta es nuestra realidad, es el mejor clima para generar migración en busca de cambiar cultural y electoralmente a otras naciones, es el mejor clima para generar odio y resentimiento hacia la política y los dirigentes políticos y, por supuesto, el clima ideal para suprimir, borrar, eliminar, erradicar y desarraigar en sus tres ámbitos el sentimiento de patria de cada individuo. Reza un refrán popular “Amor con hambre no dura”.

Bolívar, el padre de la patria, el hombre de mil hazañas hoy más que nunca debe sentir que aró en el mar, el hombre que nació en cuna de oro, rodeado de lujos de todo tipo para su época y termino sus últimos días con ropa prestada por una causa justa e inigualable, por un sentimiento de libertad y patriotismo sin precedentes en la historia de la humanidad, reconocido así planetariamente, ve hoy junto a nosotros con total estupor, asombro e indignación como los políticos de derecha y de izquierda han destruido a este país, han vendido su alma al diablo, han sucumbido ante el materialismo más vil y egoísta, y a través de narrativas desgastadas que solo aceptan los fanáticos, incautos e ingenuos, cuentan medias verdades con la única intención de borrar, eliminar, suprimir y desarraigar plenamente el sentimiento de patria de una población hambrienta de justicia y de comida, pero que no reflexiona que la ha llevado hasta estas circunstancias tan catastróficas, que no reflexiona sobre sus errores del pasado que la hicieron llegar hasta este punto.

Al estilo Bezmenov, este país ha sido desestabilizado, desmoralizado, sumergido en un caos y una crisis total y en camino hacia una nueva normalidad, todo generado de forma interna (políticos de derecha e izquierda) y externa (puja entre la élite globalista contra la élite patriota), teniendo como consecuencia el sufrimiento del pueblo más hermoso del planeta, del pueblo herencia de libertad y solidaridad universal.

El que tenga oídos que oiga, el que tenga ojos que vea, aunque estamos en los tiempos donde a pesar de tener ojos y oídos, algunos pocos son los que escuchan y ven. Después de todo lo descrito, cabe hacerse algunas preguntas ¿ha muerto la patria? ¿Esta era del desorden traerá la abolición de los estados nación tal como los conocemos? ¿Y si no hay estado nación, para que habría sentimiento de patria? Tome Ud. su decisión y haga su análisis personal.

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