La gerencia educativa en Venezuela en el siglo XXI
"Nadie hace bien lo que no sabe,
por consiguiente, nuca se hará república,
con gente ignorante, sea cual sea, el plan que se adopte"
Simón Rodríguez
La gerencia educativa puede definirse como el conjunto de acciones y procesos administrativos que se llevan a cabo en una institución educativa con el fin de garantizar una gestión eficiente y eficaz de los recursos (humanos, materiales y financieros), con el objetivo de lograr la mejora continua de la calidad educativa.
Como bien se sabe, la misma se sustenta en la teoría de la administración educativa que, a su vez, toma como principal referencia la teoría general de la administración, así como las políticas y normativas educativas propias de cada país, además, de las mejores prácticas y experiencias exitosas generadas en la gestión educativa.
Cabe resaltar, que en cierto sentido es inaceptable que dentro de una institución centrada en la educación se pretenda gerenciar como los líderes o gerentes piensen o sientan que es la mejor forma de hacerlo, estamos en presencia de las ciencias gerenciales, que poseen una historia milenaria, pero que a nivel científico reúne dos siglos y un poco más de trayectoria, haciendo que la misma a simple vista parezca joven en comparación con otras ciencias, pero que se ha perfeccionado tanto desde sus inicios por Taylor y Fayol -conocidos como los padres de la administración científica- en el siglo XVIII, que hemos podido crear organizaciones tan grandiosas y extraordinarias, que nos sería imposible imaginar la vida sin ellas.
Las organizaciones, son de hecho, la creación humana que más se ha sofisticado durante los últimos cien años, permitiéndonos generar niveles de desarrollo y evolución sin precedentes en nuestra historia, sin ellas, la vida tal cual como la concebimos hoy, no hubiese sido posible y esto se debe a la puesta en práctica de la gerencia como instrumento científico para alcanzar objetivos de manera eficaz y eficiente. Lo mismo aplica a las casas de estudios, en todos sus niveles y modalidades, misma que datan desde la antigüedad, con los filósofos egipcios, griegos y romanos, los creadores y reformadores de las artes liberales.
En ese sentido, ¿Qué hace que las organizaciones se estanquen? Existen varias razones, ya que una organización de cualquier índole podría estar aplicando una teoría empresarial correcta y aún así estar sumergida en el caos o atravesar un retroceso institucional. En primer lugar, esto puede responder a la inexperiencia o desconocimiento de los líderes o gerentes de la organización, entendiendo con Robbins y DeCenzo (2002) ¹ "que no todos los gerentes son líderes, ni todos los líderes son gerentes". Por otra parte, esto también responde a que la teoría empresarial no responda a las circunstancias actuales, por tanto, es una teoría caduca y sea cual sea, las decisiones que se tomen, la organización no podrá surgir ni cumplir los objetivos planteados.
Es allí, donde quienes tienen la tarea de dirigir, deben reflexionar y replantearse las decisiones que se están tomando, las políticas y normativas vigentes, analizar su entorno y redireccionar su teoría empresarial a una que pueda dar respuesta a las necesidades vigentes. No cabe duda, que aquellos que ocupen espacios de dirección en alguna organización, sobre todo las de tipo social sin fines de lucro, requieren de personas preparadas, ya sea profesionales de carrera, ya sea autodidactas que entienden la imperiosa necesidad de poseer conocimientos sobre las ciencias gerenciales para ejercer y cumplir bien sus roles al frente de una tarea u área.
En ese orden de ideas, basándonos en la realidad venezolana, se entiende que los desafíos son aun mayores, debido a que no solo es la migración de profesionales a otras latitudes, sino también la renuncia de miles de profesionales y gerentes educativos producto de los bajos sueldos que en los últimos 6 años ostenta el sector educación en general. Lo mismo pasa a las instituciones educativas, sobre todo a las universidades que requieren grandes inversiones no solo en infraestructura, sino en laboratorios y financiamiento para investigación científica, entre otros aspectos, a lo que se suma, pérdida de autonomía financiera y presupuestaria, lo que deja en una situación precaria al sistema educativo venezolano.
En medio de ese mar de contradicciones y problemas, debe surgir y reinventarse el gerente educativo en el siglo XXI, uno que sea capaz de dar respuestas eficaces y eficientes para mejorar la calidad educativa aún en las actuales circunstancias, sin que ello implique dirigir sin argumentos científicos ni conocimiento en la materia. Otrora, cuando la situación socioeconómica del país era otra, era imposible imaginar a un gerente educativo en una casa de estudios universitaria sin estudios en esta materia, hoy la realidad es diferente, pero eso no es un mal mortífero, sino más bien, el hecho de que ni las casas de estudios han ideado planes formativos para los cargos directivos, ni que los mismos hayan sido capaces de prepararse académicamente en la materia, por sus propios medios o estén estudiando de forma autodidacta, si lo es.
Lo que se quiere decir con esto, es que ninguna organización podrá tener éxito sino genera su propia teoría y aún más, sino posee verdaderos líderes capaces de enfrentar los retos de las circunstancias actuales, capaces de liderar cambios en tiempos difíciles y salir airosos, por medio de sus habilidades innatas y desarrolladas. La gerencia exitosa no es cuestión de cultura, sino de disciplina, cuando este último elemento se olvida, comienzan a fallar los procesos, lo mismo que, cuando quien dirige no posee las habilidades mínimas para cumplir su labor en forma eficiente y eficaz.
A modo de experiencia, son incontables las veces que dentro de la administración pública del país en todas sus dimensiones del poder (horizontal y vertical) -incluyendo las instituciones educativas-, se pueden apreciar acciones y escuchar innumerables discursos que denotan la ausencia de líderes, es muy reiterativo, casi costumbre escuchar los últimos años,
aquella frase de "sino te gusta, sino estas de acuerdo renuncia". Esta frase que recorre las diversas instituciones de la administración pública y que expresan de manera frecuente las personas a cargo de la gerencia de esta, revelan el nivel de ignorancia y de incapacidad en el campo gerencial.
En el área educativa, una de las teorías del liderazgo que más se ajusta a su perfil es la del líder transformacional, desarrollada en el año 1978 por los teóricos James McGregor Burns y Bernard M. Bass ². Dicha teoría se sostiene sobre cuatro características, que a saber son las siguientes:
1. Vínculos directos y confiables: este tipo de líder no ve en sus dirigidos a simples empleados, sino que observa personas, seres humanos que junto a él podrán realizar los cambios personales necesarios para llevar al éxito a la organización, sin ellos no podrá lograr las transformaciones que requiere.
2. Motivación permanente: el líder transformacional no solo debe tener una buena y diferente relación con las personas que están bajo su cargo, sino que además debe idear estrategias para mantenerlos constantemente motivados, ya sea por medio de recompensas, estímulos, incentivos o reconocimientos personales o grupales. El mejor antídoto contra la apatía es la motivación. El líder debe generar las mejores condiciones posibles para que su personal se sienta a gusto, en un clima organizacional armónico y de trabajo colaborativo.
3. Estimulación intelectual: la motivación no es suficiente, el líder debe convertirse en un motor del cambio, debe fomentar un clima de participación constante, de trabajo en equipo real, generando estrategias que permitan expandir la creatividad de sus dirigidos, aprovechar sus ideas y hacerlos agentes activos del cambio que este desee alcanzar.
4. Crecimiento a largo plazo: este tipo de liderazgo se centra en un enfoque a futuro y permanente, lo cual quiere decir que, ve el cambio como un elemento constante dentro de la organización, por ende, se retroalimenta de su experiencia y de la creatividad e ingenio de su personal para continuar aplicando las tres primeras características explicadas previamente.
Todo cambio genera resistencia, esto es lo común, se podría decir incluso que es una reacción natural de los seres humanos, por tanto, el líder debe saber gestionar y conducir los procesos de cambio en pro de la organización, atendiendo a que, si esta goza de buena salud en todas sus partes, sus miembros como elemento indispensable de ella también lo estarán, con el valor añadido de que estarán comprometidos a seguir produciendo cambios positivos en todo momento.
Bajo toda esta perspectiva, Druker (1995) ³, conocido como el padre de la gestión o de la administración moderna afirma lo siguiente "Una teoría de la empresa tiene tres partes. En primer lugar, hay supuestos sobre el entorno de la organización: la sociedad y su estructura, el mercado, el cliente y la tecnología". En el caso de las instituciones educativas, el cliente
es sustituido por sus estudiantes. Estos supuestos de entorno definen la razón de ser de la organización, la razón por la cual los estudiantes acuden a ella y no a otra.
El autor citado continua de la siguiente manera "En segundo lugar, hay supuestos sobre la misión especifica de la organización.". Esto hace referencia a lo que una organización considera deben ser los resultados significativos, es decir, que características debe poseer su producto final para que esta lo considere verdaderamente significativo, de manera que se percibe a sí misma haciendo cosas que importan a la sociedad. Igualmente, Druker citado, indica "En tercer lugar hay supuestos sobre las competencias nucleares necesarias para llevar a término la misión de la organización.". Este último aspecto, define en que debe sobresalir una organización para mantener el liderazgo, lo que, en palabras de Porter (1985) ⁴, conocido en el mundo gerencial, como el padre de la estrategia moderna, implica la aplicación de estrategias gerenciales, que no es otra cosa que, "el conjunto de acciones que una empresa lleva a cabo para obtener una ventaja competitiva sobre sus competidores y lograr una posición única en el mercado."
La gerencia no busca burocratizar más los procesos, al contrario, busca simplificarlos, su máxima es hacer a las organizaciones lo más productivas posibles con una optimización y aprovechamiento acérrimo de sus recursos, mayor rendimiento, con menor esfuerzo, esto solo es posible a través de prácticas gerenciales exitosas, sustentadas en la teoría administrativa. Con lo cual, modificar el diseño de la estructura organizacional a capricho o porque al gerente le parece que es la mejor manera de hacerlo, sin estudio y análisis previo, basado en un proceso racional de toma de decisiones, implica ineficiencia y retraso en los procesos administrativos, por consiguiente, ineficacia.
A fin de cuentas, este artículo solo pretende sentar las bases para una profunda revisión y reflexión de como se llevan los procesos gerenciales o administrativos (planificar, organizar, dirigir y controlar) en las instituciones educativas del país, añadiendo finalmente, que estos conllevan una serie de pasos, elementos, componentes, características, técnicas y métodos que se deben adaptar y ajustar al tipo, tamaño, tecnología y finalidad de cada organización, lo mismo que se pueden adaptar técnicas empleadas hasta ahora solo a nivel empresarial a organizaciones de carácter social, enderezadas a hacer de estas agentes de cambio, así como organizaciones eficientes, eficaces y efectivas.
Atte.
Ramón Linarez / Docente Universitario